Existen leyes en la naturaleza y también leyes mentales que pueden impactar nuestra vida de una manera significativa. Por ejemplo, la Primera Ley de Newton nos enseña que un cuerpo no se moverá si no hay una fuerza que actúe sobre él. Esto también se aplica a nuestras vidas ¿De dónde va a salir la fuerza de la motivación y el empuje que nos impulse a crecer y mejorar?
Nuestra mente es responsable de formar nuestras creencias, conductas y actitudes, y esto puede influir en nuestros éxitos y fracasos. Pero también podemos controlar nuestros pensamientos y sentimientos para lograr cambios positivos en nuestra vida.
Es importante tener la capacidad de diferenciar entre los hechos en sí y los hechos en nuestra mente, para lograr la paz mental y operar con la ley de control. Si controlamos nuestra vida y no permitimos que terceros o situaciones externas nos controlen, aumentará nuestra confianza y responsabilidad individual.
También debemos reflexionar sobre cómo nos encontramos en nuestro interior, ya que nuestras emociones y relaciones personales pueden afectar nuestra percepción de la realidad. Y nuestras creencias pueden impulsarnos hacia el éxito o hacia el fracaso.
Es crucial tener un propósito claro y un plan concreto para alcanzar nuestras metas y evitar el fracaso. Y recordemos que nuestras expectativas de nosotros mismos son más valiosas que las expectativas de los demás.
Estas leyes mentales pueden ayudarnos a construir una vida sólida y duradera. Si necesitamos un cambio en nuestra vida, debemos fortalecer nuestros cimientos desde el interior para poder ayudar a los demás y ofrecer lo mejor de nosotros.
Quedo con Dios y contigo: