“Si deseas persuadirme, debes pensar mis pensamientos,
sentir mis sentimientos y decir mis palabras.”
– Marco Tulio Cicerón
El trabajo es la forma en la que administramos nuestra energía para darle mantenimiento a nuestra vida. La evolución de las sociedades puede comprenderse por las diferentes formas que hemos aprendido a administrar nuestra energía. Todos los modelos de excelencia humana que apuntan hacia la efectividad integral proponen métodos que abarcan cuatro grandes dimensiones: cuerpo, corazón, mente y espíritu. Así también, las edades de la humanidad, pueden observarse desde su trabajo con el cuerpo, corazón, mente y espíritu.
Durante millones de años cazamos y recolectamos a base de puro esfuerzo físico, entonces un dia de trabajo nos da, en el mejor de los casos, para un dia de comida. Cuando descubrimos la agricultura aprendimos a poner el corazón en nuestras faenas y pasamos a trabajar una temporada para obtener de tres a cuatro temporadas de producción. El excedente posibilitó el trueque que posteriormente derivaría en comercio. Al llegar la imprenta a nuestras vidas nació la democratización del uso de nuestra mente. Cuando integramos cuerpo, corazón y mente en el trabajo y lograrmos enfocar nuestros esfuerzos durante diez años, podemos generar riqueza para el resto de nuestras vidas y en ocasiones hasta para algunas próximas generaciones. Hasta aquí, la velocidad de nuestros procesos podemos apreciala en nuestros medios de transporte. Pasamos de la velocidad del caballo y el de la locomotora al del sonido. Con la llegada de los procesadores y microchips desbloqueamos la era del Espíritu en dónde podemos producir a la velocidad de la luz y alcanzar resultados milagrosos. Así es como a Telmex pudo haberle tomado algunas décadas instalar su primer millón de líneas teléfonicas, a Telcel quizás menos de una década, mientras que a Shakira le tomó menos de 24 horas superar sus primeras 45 millones de reproduccions superando al millón de descargas en el mismo tiempo de Pokemon Go.
Internet es posiblemente uno de los mayores cambios registrados en la historia. Su impacto abarca todas las facetas de la vida. Ya ha cambiado todos los aspecto de la sociedad para siempre; y podemos decir que su influencia apenas se encuentra en su fase embrionaria. Tan solo este hecho abre posibilidades increíbles para quienes están abiertos al aprendizaje y el desarrollo de un conjunto de habilidades colaborativas. Todos los días nacen y mueren impulsos con potencial de riqueza.
La verdad sea dicha: muy pocas personas están preparadas para aprovechar el poder del espíritu con el uso de plataformas digitales. Haciendo a un lado el uso de las herramientas, el poder del espíritu por si solo es capaz de mover al mundo. El espíritu navideño es solo una expresión de este poder. Hay negocios cuyas ventas de diciembre exceden las de todo el año. Convocando a partir de un #propósito y coordinar esfuerzos a base de #valores se puede construir una #cultura floreciente que posibilita el florecimiento de los mejores dones y generar resultados milagrosos. Así es como lo acaba de mostrar #Shakira que expresó un sentimiento de manera creativa y logro activar una conversación incendiaria en internet.
Charles Dickens se refirió a la Revolución Francesa así: “Fue el mejor de los tiempos, fue el peor de los tiempos”. Hoy vivimos tiempos similares. ¿Cuál será tu próxima idea que llevará tu negocio al crecimiento exponencial? ¿Cuentas con algún sistema para generar y administrar ideas ganadoras?
Quedo con Dios y contigo: