«Me preguntas por qué te digo siempre que vivas según la naturaleza, pero no te explico en qué consiste vivir según la naturaleza. En primer lugar, mi querido Lucilio, porque no me pides algo que se pueda explicar en pocas palabras; en segundo lugar, porque cualquier hombre puede saber lo que significa si presta atención y no se deja llevar por sus pasiones.
Aquello a lo que están destinados todos los seres, aquello a lo que tienden por naturaleza, eso es lo que cada uno debe considerar su bien. Los hombres se equivocan cuando buscan ese bien en otra cosa, como si estuviera en su poder poseer riquezas, honor, placeres y demás cosas que, aunque se obtengan, no pueden hacer feliz a nadie.
El bien es un estado del alma, y sólo puede obtenerse viviendo según la naturaleza. Vivir según la naturaleza significa vivir de acuerdo con la razón, no con los deseos, no seguir los impulsos de los sentidos, sino gobernarlos con la razón.
Todo lo que está de acuerdo con la naturaleza es sencillo, pero los hombres han inventado una cantidad infinita de necesidades y deseos que no les llevan a nada, y por eso viven en la ansiedad y el deseo constante. La verdadera felicidad sólo se puede encontrar en la tranquilidad y la paz del alma.
Así que, mi querido Lucilio, no busques fuera de ti lo que sólo se puede encontrar dentro. No busques la felicidad en las cosas que no pueden hacer feliz a nadie. No te preocupes por lo que otros piensen de ti, sino preocúpate por lo que tú piensas de ti mismo. Vive de acuerdo con la razón, no con los deseos, y encontrarás la verdadera felicidad.»
La carta 12 de Séneca a Lucilio es una reflexión sobre la naturaleza de la felicidad y cómo alcanzarla. Séneca argumenta que la verdadera felicidad no puede encontrarse en la riqueza, el poder, el placer o cualquier otro bien externo, sino que es un estado del alma que solo puede alcanzarse viviendo de acuerdo con la naturaleza.
Vivir según la naturaleza significa vivir de acuerdo con la razón y no dejarse llevar por los impulsos de los sentidos. Séneca sostiene que los seres humanos tienen una tendencia natural hacia lo que es bueno y verdadero, pero que a menudo se desvían de ese camino debido a sus deseos y pasiones.
Para Séneca, la verdadera felicidad se encuentra en la tranquilidad y la paz del alma. Los hombres han inventado una cantidad infinita de necesidades y deseos que no les llevan a nada y que les hacen vivir en la ansiedad y el deseo constante. Por lo tanto, la clave para alcanzar la felicidad es vivir de acuerdo con la razón y no con los deseos, lo que significa aprender a gobernar los sentidos y las pasiones con la razón.
En resumen, la carta 12 de Séneca a Lucilio es un llamado a vivir de acuerdo con la naturaleza y a encontrar la verdadera felicidad en la tranquilidad y la paz del alma, en lugar de buscarla en cosas externas como la riqueza, el poder o el placer.