Corrían los últimos días del año 1997 cuando Arcelia Ramos Monobe, después de varias conversaciones durante ese diciembre, me lanzó una pregunta con fragancia a propuesta irresistible:
Te interesaría aprender a diseñar programas de aprendizaje e impartirlos en forma de talleres a los maestros del campus?
Sucedía que el Sistema ITESM se encontraba atravesando por un proceso de rediseño académico e instruccional a nivel nacional. En el acomodo de la nueva estructura a ella se le había confiado la Dirección de Tecnología Educativa y Desarrollo Académico del Campus Sinaloa liderada por Lourdes Ocampo Coria desde la Rectoría Zona Pacífico en Guadalajara, Jalisco.
Conversar con Arcelia es tener acceso a una profunda comprensión de la psicología agazapada en los pliegues de lo cotidiano. Sus declaraciones son acertadas. La agudeza de sus señalamientos son intimidantes, sus ejemplos son brillantes y el gozo de aprender con ella es alucinante. Lo sé desde entonces, sólo que hasta este momento, mientras escribo estas líneas, me doy cuenta que ella ha sido mi modelo profesional cómo psicólogo.
Mi proceso de formación incluía rediseñar con ella la materia de Psicología Organizacional que se imparte como materia de tronco común a las licenciaturas. Empezamos ese trabajo, no recuerdo bien si un 24 o 31 de diciembre desde muy temprano. Eran demasiadas cuestiones a considerar. Hoy lo sé, se trataba de instrumentar un proceso de aprendizaje alineado a una visión, a los ejes torales de una estrategia y una agenda de trabajo que ocurría a intervalores regulares de una semana con bloques de tiempo de 3 horas.
Teníamos 16 semanas para asegurar que algunos 90 estudiantes de diferentes licenciaturas, repartidos en dos grupos, aprendieran lo más útil, práctico y sobretodo entendible de la psicología; y además hacerlo de una manera alineada a los nuevos estatutos, que a su vez estaban en proceso de definición y comprensión. Nadie sabía ni entendía gran cosa de todo lo que se cacareaba a nivel sistema. Quienes se suponía que sabíamos “el teje y maneje” para “bajarlo” eramos nosotros y estábamos perdidos.
Esa era la razón por la que Arcelia lanzó la iniciativa de diseñar e impartir Talleres Prácticos para el Rediseño. El propósito era entregar al maestro un mapa completo del proceso de rediseño, dar a conocer, describir y explicar un lenguaje necesario (principalmente porque muchas de sus palabras vienen del Constructivismo), entregar las herramientas necesarias para cada etapa y los procedimientos pertinentes. Puedo explicar todo esto de una forma escueta y aterrizada porque lo aprendí con Arcelia. Con Arcelia aprendí:
- Conectar contenidos existenciales a propósitos formativos
- Definir objetivos de aprendizajes significativos
- Estructurar programas de aprendizaje e impacto existencial
- Diseñar experiencias de aprendizajes significativos y darles sentido con la psicología
- Medir y evaluar el aprendizaje traducido a cambios de conducta.
Todo esto lo aprendí durante una semana completa y de trabajo intensivo que le dedicamos al rediseño de la materia de psicología organizacional. El mapa empezaba con LA ETERNA DISPUTA en psicología ya que todo rasgo de la personalidad hunde sus raíces hasta la pregunta base: nace o se hace?
Cuáles son los aspectos de la psique humana – su mente – que son universales y cuáles se adquieren a fuerza de adaptación creativa? Esta es una pregunta que palpita en el corazón de todo psicólogo vocacional y anhela responder, para entonces llegar a Ser el Psicólogo que descubrió tal aspecto del Alma humana. Freud descubrió muchas cosas que carecían de nombre y se los tuvo que asignar tomando de referencia algunos elementos de diferentes mitologías (complejo de Edipo, complejo de Elektra, Eros, Thanatos; por mencionar algo de lo mas conocido), aunque creo que uno de los principales fue el concepto de el Inconsciente. Así como le debemos a Carl G. Jung el Incosnciente Colectivo y otro puño mas de conceptos. Otto Rank descubrió el Trauma del Nacimiento y Maslow nos mostró su Pirámide de las Necesidades.
Gracias Arcelia por toda tu paciencia. Confiado hoy puedo decirte, ya ves que si te entiendo, solo que entonces no te lo sabía explicar.
Con Dios y contigo: